Los cerca de 230 empleados de Edesa en Basauri dejaron ayer el encierro que iniciaron el 4 de noviembre para reivindicar
que su planta era viable y exigir que no fuera arrastrada por la crisis
de su matriz, Fagor Electrodomésticos. Durante casi cinco meses se han
turnado para permanecer 24 horas al día en las instalaciones, en lo que
ha sido un carrusel de emociones compartidas, hasta constatar que no
pueden salvar la empresa.
Apenas dos días después de iniciar el encierro, los trabajadores estallaron en gritos de júbilo cuando el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, les anunció personalmente que Edesa se libraría del preconcurso de acreedores gracias a un aval de la Diputación de tres millones. Sus esperanzas se desplomaron al día siguiente cuando el director general de Fagor Electrodomésticos, Sergio Treviño, les comunicó que la fábrica no era viable y no bastarían los tres millones prometidos para hacerla reflotar, por lo que entraría en preconcurso.
Trabajadores de Edesa, concentrados frente a la sede del Parlamento Vasco |
Apenas dos días después de iniciar el encierro, los trabajadores estallaron en gritos de júbilo cuando el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, les anunció personalmente que Edesa se libraría del preconcurso de acreedores gracias a un aval de la Diputación de tres millones. Sus esperanzas se desplomaron al día siguiente cuando el director general de Fagor Electrodomésticos, Sergio Treviño, les comunicó que la fábrica no era viable y no bastarían los tres millones prometidos para hacerla reflotar, por lo que entraría en preconcurso.
Pese a ello, los empleados continuaron con el
encierro, con el que reivindicaron al Grupo Mondragón que, en caso de
cierre, recibieran el mismo trato que el resto de los cooperativistas a
la hora de ser reubicados. En los últimos cinco meses, han llevado a
cabo una intensa campaña de movilizaciones, en la que llegaron a pie
hasta Arrasate para concentrarse frente a la sede de Mondragón.
Además, los empleados se afanaron en demostrar que
su empresa, que fabricaba termos y calderas, resultaba rentable, por lo
que en diciembre elaboraron ellos mismos un plan de viabilidad que
.presentaron al Grupo cooperativo. Ante la falta de respuesta, el equipo
redactor del plan se marcó el 10 de febrero como fecha límite para
continuar recabando apoyos a su iniciativa y evitar así generar falsas
expectativas. La negativa de MCC a apoyar su plan de viabilidad les
llegó el 14 de febrero, con lo que sus anhelos de que la empresa pudiera
reabrirse se vieron prácticamente desvanecidos.
El 25 de febrero, los empleados aprobaron por
mayoría un expediente de extinción para poder cobrar el paro tras la
entrada de Edesa en concurso de acreedores y decidieron continuar un mes
más con el encierro. La apertura de la fase de liquidación de Fagor y
de sus filiales en España ha acabado por convencerles de que la empresa
no tiene ya futuro. Por ello han acordado poner fin a su encierro y
despedirse ayer de Edesa con una comida en la misma planta.
Artículo obtenido de: Diario Vasco
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